(A la manera de Bizancio)
El emperador contuvo,
por muchos años,
el control sobre la Acrópolis
y más aun sobre
su entorno geográfico.
Ahora la ciudad arde
y en medio del bullicio
y el ir y venir de los invasores
ninguno puede distinguir
que el principal tesoro,
el más anhelado,
se oculta entre
las piernas de Sofía.
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